Bread & Puppet, el teatro que comía pan en comunidad

Bread & Puppet, el teatro que comía pan en comunidad

A principios de los años 60 un grupo de trovadores desaliñados alquilaron un pequeño loft en el este de Nueva York y cada semana realizaban actuaciones. Peter Schumann, un escultor, bailarín y panadero que había emigrado desde Alemania, repartía pan, que había realizado él mismo, mientras el público asistía a un espectáculo de marionetas. 

En el invierno de 1961-62 conoció a Richard Tyler, que con un grupo de bailarines y músicos participaron en Dance of Death, una pieza realizada durante la “huelga general por la paz” en el Living Theatre, la iglesia Judson y el Colegio Putney en Vermont. A partir de estas danzas de máscaras con sillas y cuerdas, se le negó a Schumman su solicitud  de enseñar danza. Pero en la Escuela Putney donde su mujer Eika enseñaba ruso, aceptaron clases extracurriculares de marionetas. Y esto dió lugar a la Putney puppet company, the Moosach Puppet Theater (un teatro ambulante de uno o dos hombres). Schumann decidió llevar su espectáculo a través de la carretera, así que con el pequeño remolque de su suegro creó un escenario móvil que se desplazaba con una furgoneta destartalada. Y así fue como comenzó una gira en solitario por pueblos y ciudades que se encontraba a lo largo y ancho de la región de New England. 

Al acabar la gira, de vuelta en Nueva York, se juntaron con dos amigos Bob Nichols y Mabel Dennison, quienes se sumaron al pago del alquiler del pequeño loft neoyorquino, que pronto se transformó en un teatro y museo de marionetas. La creatividad y el interés de Schumann por la danza y la escultura, se unieron con las marionetas, además del horneado y distribución de pan. Tras toda esta mezcla resultó bastante fácil en 1963 darle a la compañía el nombre de Bread & Puppet, un teatro de panaderos.

Dejando atrás Nueva York, la compañía se aventuró a la carretera con su activismo político hecho forma de vida. Bread and Puppet se convirtió en asidua a las protestas contra la Guerra de Vietnam. Además no desdeñó los problemas domésticos, y en Nueva York en colaboración con los vecinos de los barrios más pobres crearon concursos al aire libre, donde abordaban sus problemas políticos y sociales. Fue a partir de estos encuentros donde crearon varias de sus marionetas más famosas, con la ayuda de los niños.

Imagen de una de las creaciones de Bread and Puppet preparada durante las protestas que están asolando todo E.E.U.U. por la muerte de George Floyd (extraído de sus redes sociales)

Más tarde, en 1968 alcanzaron reconocimiento internacional con su pieza Fire, que se presentó en el Festival de Nancy, que les sirvió de plataforma para darse a conocer por el resto de Europa. Además se unió con el New American Theatre un movimiento que incluía compañías como Living Theatre, The San Francisco Mime Troupe, o Robert Wilson

Schumann introdujo en el panorama teatral su bagaje cultural, como los juegos medievales, la Biblia, o cuentos de hadas. Además dotó a Bread & Puppet de un estilo frugal de trabajar. Productos básicos para crear las marionetas, y también para mantenerse. Pero es que Bread & Puppet cocina pan para sus invitados. De modo que debían pedir permisos de incendios para construir y usar hornos de pan itinerantes, además de ladrillos y leña.

En 1970 se mudaron a Vermont, a una residencia en Goddard Collage, y después en 1975 a una granja en Glover, en el Northeast Kingdom. En Vermont desarrollaron el Circo anual Our Domestic Resurrection Circus, con actuaciones al aire libre donde destacaba el paisaje de Vermont. Este Festival de dos días se convirtió en la actividad principal de la compañía, ya que atraía a decenas de miles de personas. Durante el resto del año las giras se realizaban por zonas locales y regionales. Cada espectáculo estaba acompañado por talleres, y contaban con la ayuda de voluntarios locales. Pero Peter Schumman decidió terminar con Circus en 1998 tras la muerte de un espectador en uno de los campamentos, adyacentes al teatro, que estaba a reventar. El Festival fue sustituido por un programa de verano con actuaciones de formato pequeño y semanales.

Con el paso de los años Bread & Puppet ha aumentado su familia, que se reúne cada verano y se van enseñando las tradiciones de la compañía. La comunidad local, sea de donde sea, les ayuda prestandoles sus recursos para los espectáculos. Además han conseguido crear la evolución teatral que traspasa la tradición de generación en generación, y los niños están tomando el relevo.

Un teatro artesanal, familiar, con un mundo creativo muy particular, que se preocupa por los problemas contemporáneos y de cada comunidad. Además no hay que olvidar que este teatro vive con un presupuesto muy reducido, pero sin perder nunca su autonomía, ya que no recibe subvenciones del gobierno. Siempre desarrolla un vasto voluntariado, que se combina con los ingresos de los espectáculos, las ventas y las donaciones. Bread and Puppet se basa en la oposición a la cultura y hábitos capitalistas. El espectáculo no sólo ofrece una visión política de la compañía, sino que se convierte en un evento para comer pan juntos.

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